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La maldición de los gorriones

Según las Actas de los Varones Apostólicos, San Pedro y San Pablo ordenaron a siete obispos con la misión de viajar a Hispania, el motivo de la visita el traslado del cuerpo del Apóstol Santiago desde Jerusalén a Galicia, lugar donde había predicado tiempo atrás.

Gran parte de los historiadores no dudan de la presencia aquí de San Tesifón. Así, en el memorial de la visita pastoral que realizó el arzobispo Pedro de Castro a la Alpujarra en 1591, se recoge lo siguiente: «…junto a Verja dicen que fue obispo San Tesifón de los siete discípulos que los Apóstoles mbiaron a Hespaña y que se hallará en la leyenda de Tesifón» (sic).

En la época en la que supuestamente San Tisifón fijó una breve residencia en Castala, aparecen datos de sus prodigios, como el de los pájaros. Esta historia fue recogida por Luis del Marmól en el año 1600: «En el paraje donde estuvo San Thesiphón, retirado en una cueva, los gorriones ni paran, ni pican ni pernoctan… Dicen que habiéndose quedado un día solo a guardar las mieses, por retirarse a la Oración, encerró a todos los gorriones en un aposento, dándoles después libertad con precepto de no hacer daño ni detenerse allí. Lo cierto es que si pasan por allí es muy de ligero y no paran ni comen, y si acaso pican algo, caen amortecidos».

Al parecer, es vox populi que en esa zona las cebadas que se plantan no se las comen los gorriones. Cuentan que jamás se ha visto a esta avecilla por allí, pero en las fincas cercanas sí que actúan y diezman las cosechas. De hecho, existe el testimonio de José Gándara Parrón, de 78 años, que afirma haber visto cómo en Castala los pájaros mueren con el grano de trigo en la garganta.

Desde el día 2 de marzo de 1798, San Tesifón es el patrón oficial de Berja, aunque se sabe que su culto ya se venía celebrando desde finales del s. XVI. De Berja pasó a Adra, donde siguió envuelto en historias sobre maravillosos prodigios a la par que iba evangelizando.

Las antiguas leyendas de Berja dicen que en otros tiempos un moro realizó un encantamiento que provocaba que en Castala se murieran los gorriones y en Benejí las zorras fueran incapaces de morder a las gallinas…y las ven muchas veces andar tras de ellas dándoles con las manos , porque no pueden abrir la boca para morderlas , cosa que parecería ridiculosa , si no hubieran certificadolo personas de mucho credito , clerigos y legos ; mas no saben decir la causa porque esto sea, solamente entienden que es por encantamiento que hizo allí un Moro antiguamente.”

Resumiendo: debido a ese encantamiento en Castala no hay gorriones, y en Bena Haxin, que sería la actual Benejí, las zorras no pueden morder a las gallinas.

Otra historia sobre este santo dice que en una plancha de alabratro dejó grabadas las marcas de sus pies y de su báculo, dicha plancha se encuentra custodiada como reliquia en la fachada de la ermita de la localidad de Adra.

La película Los pájaros de Hitchcock, como suele decirse en la jerga almeriense, es cascarilla al lado de esta historia.

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