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Faro de Es Vedrá

Eclipsado por la majestuosa silueta de es Vedrà, el faro situado en la cara norte del islote es quizás uno de los más desconocidos de las Baleares porque sus apenas 3 metros de altura no son visibles desde la costa de Ibiza. En 1924, el Gobierno redactó un plan específico para el balizamiento de las Balears denominado ‘Proyecto de nuevo plan de alumbrado marítimo de las Islas Baleares», aprobado en la Comisión de Faros el 29 de marzo de aquel año. Este proyecto planificó la construcción de un buen número de balizas, algunas de las cuales se acabarían convirtiendo años después en faros al aumentarse su alcance luminoso. Estas balizas se situaban en pequeños islotes como es Vedrà, Espardell, en Formentera o el Toro y na Foradada en Mallorca.

El faro de es Vedrà fue proyectado por el ingeniero madrileño Mauro Serret y comenzó a construirse en 1926 por la administración del Estado puesto que, dadas las dificultades de acceso al islote, nadie licitó la contrata de las obras y, por tanto, la subasta quedó desierta. Tras estas complicaciones iniciales, el faro se inauguró en 1927 y su mantenimiento inicial correspondió a los torreros que residían en el faro de ses Coves Blanques, en Sant Antoni. Originalmente, funcionaba con una óptica dióptrica y destelladores de acetileno del tipo ‘llama desnuda’, con encendido mediante válvula solar que permitió automatizar los faros y balizas.

A partir de ese momento, la labor de los torreros se vio incrementada a medida que se fueron instalando nuevas balizas de gas en los pequeños islotes que, hasta entonces, permanecían sin balizar y que se consideraban un peligro para la navegación. En el caso de es Vedrà, se tuvo que construir un pescante al borde del acantilado para ayudar a los torreros a subir los acumuladores de gas hasta la señal, aunque, cuando el mar estaba movido, esta tarea resultaba arriesgada. Además, el manejo del gas no estaba exento de riesgo y algunos torreros y técnicos de señales marítimas sufrieron varios accidentes, algunos de ellos mortales.

En 1959, un fortísimo temporal descompuso el torreón de es Vedrá y se llevó por delante todo el equipo luminoso, por lo que se decidió construir una nueva torre de hormigón con revestimiento de piedra situada a mayor altura para que quedara más protegida del mar.

Aunque en sus orígenes fue una baliza por su limitado alcance luminoso, desde agosto de 1971 esta señal pasó a ser calificada como faro gracias a unas transformaciones de su equipo óptico-luminoso.

Actualmente, el faro de es Vedrà es una señal solarizada y telecontrolada y, aunque mantiene una antigua linterna AGA, en su interior tiene instalada una moderna óptica acrílica de leds.

Faro de Es Vedrá
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