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Cabo Roncudo

Roncudo
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Dicen que el nombre de Cabo Roncudo, procede del ronco rumor del mar cuando se estrella contra las rocas. En ellas los hombres y mujeres de Corme, arriesgan sus vidas escapando las olas y remolinos, para obtener el mejor y más sabroso percebe del mundo. Pero han muerto tantos allí que la zona está sembrada de cruces blancas, como las que se ven en la foto. Es además cementerio de decenas de barcos naufragados como tantos otros cabos en A Costa da Mórte.
El faro que entró en funcionamiento en 1920 está situado en un entorno salvaje e increíblemente fantástico, lleno de rocas de granito erosionadas por el viento. No es un faro demasiado bonito, al igual que su gemelo de Laxé. Está cubierto de azulejos blancos, su linterna no está acristalada y el color de su luz también es blanco. Sin embargo, su aspecto deslucido en medio de ese paisaje agreste es de lo más apropiado.
Para llegar al faro hay una buena carretera, de unos dos kilómetros que sale del final del puerto de Corme. La zona está muy cuidada, y unos metros antes de llegar al faro tienen mesas y bancos de piedra para los turistas. el problema es que el fuerte viento hace desagradable estar allí sentado.
A la salida de Corme, está la famosa Pedra da Serpe. que según la leyenda está allí desde que San Hadrián (el mismo que tiene una ermita enfrente de las Islas Sisargas,) libró de forma milagrosa, a la parroquia de una plaga de serpientes, encantándolas debajo de esta piedra. No obstante, parece que se trata de algún antiquísimo culto pagano, que la Iglesia quiso cristianizar colocando encima la cruz.
Pero antes de salir de Corme hay que parar en alguno de los lugares de tapeo - porque ¡es impensable haber estado aquí y no probar los famosos percebes do Roncudo! Dicen que son tan sabrosos gracias a la fuerza del mar en esa zona, desde luego a mí me parecieron deliciosos.
Un sitio realmente curioso, es la capilla de A Nosa Señora do Faro, en el Monte de O Faro, a pocos kilómetros del pueblo. ¡Cómo no acercarse a conocer un lugar con ese nombre! Parece que antiguamente allí se encendían hogueras para guiar a los barcos o avisar de la llegada del enemigo. La capilla se levantó en 1959 y fue costeada por un emigrante. La torre mide nada menos que 39 metros, a mí me pareció un poco desproporcionada, en relación con el resto del edificio. pero vale la pena acercarse a visitarla.

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