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El Faro que construyeron los dioses
Actualizado: 20 ago 2022
¿Sabías que Alfonso X (1221-1284) recogió en su “Estoria de Espanna” que el héroe griego Hércules construyó la torre herculina para conmemorar su victoria sobre Gerión, el gigante? La batalla duró tres días y finalizó cuando Hércules cortó la cabeza de Gerión, cimentando sobre ella la torre junto al mar coruñés.
Tras la muerte del gigante, poco a poco la gente volvió a poblar esta zona y se construyó una ciudad. Dicen que la primera persona en llegar fue Crunia, una mujer de la que Hércules se enamoró y que por ello da nombre a la ciudad de A Coruña.

Aunque por supuesto se trata de una fábula, lo cierto que la Torre de Hércules sí que fue erigida por los dioses. Fue un faro para la navegación y se sabe que se construyó entre los reinados de Nerón y Vespasiano.
La historia nos cuenta que en el año 61 antes de Cristo, el legendario Julio César llegó por mar a Brigantium (como era conocida la zona) al frente de una expedición desde Cádiz y estableció este lugar como un punto estratégico para las relaciones comerciales de Hispania, además de otorgarle gran importancia militar en su conquista de Britania.
Oficialmente la Torre de Hércules fue construida en el Siglo I después de Cristo, por el arquitecto Cayo Servio Lupo, posiblemente, la Octava Maravilla del Mundo Antiguo.

Sea como sea, el faro fue ideado por el Imperio para facilitar la navegación de los buques que se dirigían a las Islas Británicas en busca de productos como cobre o hierro y continuó cumpliendo con su función hasta el Siglo V en que los romanos abandonaron la zona tras los ataques bárbaros. Desde ese momento el faro pierde su uso original y se convierte en una fortificación de carácter militar y defensivo.
Y así continuó nuestro pobre faro hasta el Siglo XVI, expoliado por los habitantes de la zona como una cantera inagotable de piedra y recursos para las construcciones que se estaban levantando en la cercana ciudad de A Coruña, debido a su crecimiento constante.
Es el Ayuntamiento de A Coruña el que impulsa las primeras obras de recuperación del faro y, posiblemente, su puesta en marcha de nuevo. El tráfico marítimo se había intensificado debido al comercio entre la Península y las Indias, y A Coruña y su puerto se convirtieron en estratégicos en el Atlántico. Incluso el Emperador Carlos I concedió a la ciudad, el 22 de diciembre de 1522, la licencia para la creación de la Casa de la Especiería, en donde se centralizaría todo el comercio de especias que iba a abrirse a raíz de la expedición de Elcano-Magallanes.