Punta Subrido
A caballo entre la dureza oceánica y la placidez de la Ría de Vigo, en la Punta del Subrido, se eleva la otra torre cilíndrica de color blanco de la enfilación posterior de Cabo Home, y el tercer faro que en pocos metros son uno de los referentes de este final de la Península de O Morrazo.
Con su gemelo con el que hace la función de guía para entrar en la ría tiene pocas diferencias, igual esbeltez, aunque menor altura, sus 13 metros son suficientes pues al estar en la cima del cabo, su elevación del plano focal alcanza los 53 metros sobre el nivel del mar contra los 38 del de Cabo Home. Suficiente para que sus dos luces alineadas al Rv: 129º sean marca perfecta para arribar a buen fin.
Escarpado, de rocas negruzcas, despide una restinga peligrosa con piedras que descubren en bajamar hasta la roca Omear situada a unos 140 m al 237º de la punta.
Todos los bajos del entorno están balizados por la Boya cilíndrica lateral Br N.º 2 del Subrido.
Esta boya se puede pasar entre ella y tierra, más pegado a la boya. Entre su fondeo y el bajo Omear hay un paso de 200 m de ancho con fondos de 14m.
La estampa del cabo de Punta Subrido; que adentrándose en la mar 0,3 M, cierra con Punta Robaleira la ensenada y hermosa playa de Melide; con su cima coronada por el faro y por un pequeño bosque, es visible desde cualquier atalaya de la ría viguesa.
Y en un lugar tan extraordinario no podía faltar una buena historia para nuestra recopilación de leyendas de Galicia. El Patrimonio Inmaterial está tan vivo en nuestra cultura que la tradición oral nos trae en este punto un ejemplo más. En este caso, un monstruo marino causante de naufragios.
La leyenda más popular del lugar se retrotrae a hace más de cinco siglos. Cuando los pescadores que faenaban en las proximidades de Cabo Home sobrevivían a algún hundimiento, contaban los aspectos extraños de sus siniestros. La fuerza del mar era salvaje, pero en Cabo Home se podían distinguir unos dientes afilados.
Eran del monstruo que un día oscuro de tormenta salió del agua para amenazar con devorar a los habitantes de O Hío. En la descripción se habla de que era más grande que 143 elefantes, tamaño que no impresionó al guerrero y héroe Oridón que decidió enfrentarlo. Tras varios intentos logró vencerlo quedando sus púas petrificadas fuera del agua. Sus restos aún son visibles hoy en día, son esas rocas afiladas que puedes ver en el acantilado de Cabo Home. En las inmediaciones del faro, en la cercana isla de Monteagudo, se produjo el 5 de mayo de 1970 el encallamiento del petrolero noruego Polycommander, en el que no hubo que lamentar víctimas mortales pero que motivó el vertido de 15.000 Toneladas de crudo en lo que hasta el momento ha sido la mayor catástrofe ecológica en la ría de Vigo.